¿Quién no ha tenido alguna vez una llaga o afta en la boca o en la lengua? Son molestas, sí, pero poco más. Lo más habitual es que al cabo de un par de días desaparezcan como llegaron, casi sin avisar y llevándose consigo esa leve sensación de dolor.
Las llagas pueden producirse por un corte o por tener las defensas bajas, pero en cualquier caso el tratamiento para las llagas es el mismo: ninguno. Exacto, las llagas o aftas no requieren ni de tratamiento ni de visita al dentista (salvo que hayan pasado varias semanas y sigan ahí).
Pero sí podemos preguntar a nuestro dentista o en farmacias por cremas y pomadas específicas para el tratamiento de las llagas. Ayudan a aliviar el dolor y a acelerar el proceso de cicatrización.
¿Cómo funcionan? Creando una pequeña capa alrededor de la zona afectada que protege la llaga de roces.
Quizás hayas leído por ahí o te hayan comentado sobre posibles remedios caseros para mitigar ese dolor, pero es muy importante que sepas que todos ellos son falsos mitos. Y además de no tener efecto alguno en la llaga, pueden ser perjudiciales para tu boca.
Por ejemplo, es posible que hayas encontrado recomendaciones del uso de bicarbonato o agua oxigenada. Pues bien, lo único que puedes conseguir es quemar la llaga o afta, agravando la herida y dificultando su recuperación.
Recuerda que lo mejor que puedes hacer si no puedes soportar el dolor es acudir a nuestra clínica dental en Calahorra para que le echemos un vistazo a tu afta y tengas de primera mano el consejo de un profesional.
Pide cita si es tu caso o quédate con nuestro contacto para cuando lo necesites.